🧠 El eje intestino-cerebro: cuando tu estómago y tu mente hablan el mismo idioma
- The Orange Club

- 16 oct
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 2 días
Durante años se pensó que el intestino era solo un órgano encargado de digerir los alimentos. Pero la ciencia moderna ha demostrado que su papel va mucho más allá: dentro de él existe una red de millones de neuronas que se comunican directamente con el cerebro. Esa conexión constante entre mente y estómago da lugar a un nuevo campo científico apasionante: la neurogastroenterología.
Un área que está cambiando la forma en que entendemos la salud, las emociones y la alimentación.

🧩 Qué es la neurogastroenterología
La neurogastroenterología es la rama de la medicina que estudia la comunicación entre el sistema nervioso entérico (el “cerebro del intestino”) y el sistema nervioso central (el cerebro que conocemos).
Este sistema entérico está formado por más de 100 millones de neuronas repartidas a lo largo del tubo digestivo. Sí, has leído bien: el intestino tiene más neuronas que la médula espinal.
Por eso los científicos lo llaman “el segundo cerebro”. Y no solo envía señales al cerebro principal: también puede actuar de forma autónoma, regulando digestiones, movimientos intestinales y la liberación de neurotransmisores como la serotonina.
🔗 El eje intestino-cerebro: una autopista de doble sentido
El cerebro y el intestino están conectados por una red compleja conocida como eje intestino-cerebro. Funciona como una autopista bidireccional en la que viajan mensajes nerviosos, hormonales y químicos que influyen en nuestro bienestar físico y emocional.
El canal principal de esa comunicación es el nervio vago, una fibra nerviosa que envía información constantemente desde el intestino hasta el cerebro… y viceversa.
Por eso, cuando estamos nerviosos o estresados, el estómago “se cierra”. Y cuando comemos mal o nuestra microbiota se altera, el estado de ánimo puede resentirse.
La neurogastroenterología estudia precisamente ese diálogo constante entre digestión, emoción y salud mental.
🧫 La microbiota: la voz oculta del intestino
Dentro del intestino viven trillones de microorganismos que forman la microbiota intestinal. Estas bacterias no solo ayudan a digerir los alimentos: también producen neurotransmisores como serotonina, dopamina o GABA, las mismas sustancias que usa el cerebro para regular el ánimo y el sueño.
Más del 90 % de la serotonina del cuerpo se fabrica en el intestino. Y esa producción depende directamente del equilibrio de la microbiota.
Cuando este ecosistema se desequilibra —por estrés, mala alimentación o antibióticos—, el eje intestino-cerebro se ve afectado. De ahí que algunos trastornos digestivos vayan acompañados de ansiedad, insomnio o fatiga.
⚙️ Cómo se comunican el intestino y el cerebro
La comunicación entre ambos sistemas ocurre por tres vías principales:
Neuronal: A través del nervio vago, que transmite impulsos eléctricos y señales sensoriales en ambas direcciones.
Hormonal: Mediante hormonas intestinales como la grelina, la leptina o el péptido YY, que influyen en el apetito y la saciedad.
Inmunológica: A través de citocinas y células inmunes que modulan la respuesta inflamatoria del cuerpo.
Este sistema integrado hace que emociones, digestión, inmunidad y microbiota estén íntimamente relacionadas.
🧠 Qué dice la ciencia reciente
Estudios de universidades como Harvard, Stanford o el Instituto Pasteur han confirmado que la salud mental y la intestinal están interconectadas. Algunos hallazgos clave:
Una microbiota diversa se asocia con menor riesgo de depresión y ansiedad.
El eje intestino-cerebro influye en la producción de serotonina y el control del estrés.
Ciertas cepas probióticas pueden mejorar la función cognitiva y la calidad del sueño.
El estrés crónico altera la microbiota, lo que a su vez agrava los trastornos digestivos.
La neurogastroenterología abre la puerta a tratamientos integrales que combinen nutrición, microbiología y neurociencia.
🥦 Cómo cuidar el eje intestino-cerebro
Equilibrar este sistema no depende solo de la genética, sino de nuestros hábitos. La alimentación, el sueño, el ejercicio y la gestión del estrés influyen directamente en la comunicación entre intestino y cerebro.
Consejos clave para mantenerlo en equilibrio:
Consume alimentos fermentados y ricos en fibra (probióticos y prebióticos naturales).
Evita el exceso de azúcar y ultraprocesados.
Practica respiración consciente o meditación para estimular el nervio vago.
Descansa adecuadamente: el intestino también tiene ritmos circadianos.
Mantén una vida activa: el movimiento físico favorece la motilidad intestinal.
❓ Preguntas frecuentes sobre el eje intestino-cerebro
¿Qué es la neurogastroenterología? Es la ciencia que estudia cómo el cerebro y el intestino se comunican entre sí mediante el sistema nervioso, la microbiota y las hormonas.
¿Por qué se llama al intestino “el segundo cerebro”? Porque contiene millones de neuronas que funcionan de forma autónoma y producen neurotransmisores que influyen en nuestras emociones.
¿Cómo afecta la microbiota al estado de ánimo? Las bacterias intestinales producen serotonina y dopamina, neurotransmisores directamente relacionados con la felicidad, el sueño y la energía.
¿Puedo mejorar mi bienestar emocional cuidando mi alimentación? Sí. Una dieta rica en fibra, fermentados y vegetales frescos ayuda a equilibrar la microbiota y mejorar la comunicación entre intestino y cerebro.
🌍 Conclusión
La neurogastroenterología demuestra que somos lo que comemos… y también lo que sentimos. El intestino y el cerebro forman un único sistema conectado que responde a cada pensamiento, emoción y bocado.
Cuidar el eje intestino-cerebro no es solo cuestión de digestión: es cuidar el equilibrio entre mente, cuerpo y bienestar interior.
✍️ Artículo escrito por el equipo de The Orange Club Valencia — restaurante y bar de referencia en el corazón de Valencia, especialistas en cervezas y cocina de calidad.






